Con un seis y un cuatro.

Para mí el siglo XX que, a fin de cuentas, sigue siendo mi siglo, empezó con una Guerra Mundial y acabó con la posibilidad de que varias personas amueblaran su casa de un modo muy similar. Este estadio en nuestra fase evolutiva me parece increíble sobre todo ahora que vivo en una casa medio vacía, y estoy viajando un poco hacia atrás, redescubriendo mil inventos. Es que de darlos tan por supuesto, nunca había pensado en ellos y ahora que no los tengo a mano, pues los echo de menos. Aún así, hay que ver a qué cosas extrañas le doy prioridad pues, efectivamente, a mí no me sale amueblar la casa a la velocidad del vecino. Yo lo hago a mi ritmo que es más incómodo pero también más divertido. Por ejemplo: he descubierto que puedo vivir sin el pomo de la puerta de la cocina e incluso sin estanterías -¡qué chulo es amontonar libros en el suelo e ir haciendo pilas!, pero echo de menos un mantel y también una escobilla y un sacacorchos. La posteridad es injusta porque ¿quién piensa en ellos como grandes inventos? También echo de menos vivir con plantas -cosa que me sorprende increíblemente- pues nunca antes había pensado que de una buena planta dependiera mi bienestar.
En cuanto a las bombillas, habrá que ver. Es cierto que por sí solas iluminan de un modo horrible pero me siguen pareciendo el objeto más precioso del mundo. Esto sí que lo he pensado siempre pero ahora que me faltan siete, me dan ganas de tener cajas enteras e incluso regalárselas a la gente que más quiero. Como muestra de afecto. Pensadlas un momento: son frágiles pero potentes y además no esconden su mecanismo, que es bien sencillo. ¡Las bombillas son puro Volkswagen! Por cierto, de tanto compartir piso he aprendido muchas cosas, pero he heredado una incapacidad y es la de colgar cuadros. Desde ya os adelanto que solo habrá un mapa gigante, una foto emulando medio metro de estantería de Diane Arbus (ya, es fuerte) y un par de cuadros enmarcados, apoyándose en mesas y paredes...según el día. ¡Tengo hasta un retrato!

Esta soy yo vista por Ana y me parece muy acertado.

Gracias