Trapos sucios.

A veces, cuando dudo de mí misma y de mis posibilidades en esta vida, pienso en el diario de mi hermana que a los 18 años escribió "Paz en Arabia Saudita"; y en mi colección de firmas y según cómo, me siento mejor. Me digo: chica, has evolucionado. No todo está perdido.
Si no, no me explico cómo puedo TENER TANTOS AUTÓGRAFOS DE GENTE A LA QUE ODIO. No me equivoqué una vez, no... sino varias. Digamos que la cosa empezó bien. Antes de cumplir los diez años, me hice un foto con Ana María Matute a la que admiraba por escribir El Polizón del Ulises. Un par de años después, le pedí una estampita a Terry Jones de los Monthy Python -que son dignos incluso ahora-, pero luego caí en picado y no dejé de hacerlo. De hecho, creo que hasta hace muy poco la cosa no se ha calmado. O será que ya no pido autógrafos y me mojo menos... En fin, prefiero pensar lo primero. (Nota: nunca pedí autógrafo a políticos. Fijo que vosotros sí).


1. De Isabel Coixet y con celo. Sin comentarios.
2. De Won Kar-Wai. (A este señor no le tengo tanta manía, pero obsérvese el detalle: Le hice firmar una foto de Chema Madoz (?), por los pelos. Pensé que igual ponía "hola" en chino o algún mensaje que subliminalmente le llevase a querer comer conmigo. Me faltó vergüenza).

A ver si entre pitos y flautas los reúno todos, incluido el de Alfonso Arús. Pero no os prometo nada.
PD: si queréis purgaros con vuestros autógrafos de Judit Mascó y Amistades Peligrosas, yo encantada de ayudar. Reírse sola es un rollo.