París I

Joe Strummer se ha hecho pupa en el dedo...

La semana pasada volví a París. Fui a ver varias cosas. Primero a mi amiga Géraldine con la que me encanta pasear y marcarme verborreas existenciales en un francés hecho a medida. Siempre que la veo tiene pendiente una lavadora, me toca alguna versión con su guitarra, comemos algo sano... y me cuela en conciertos. Esta vez tocaron los Vampire Weekend, Jo Majestic y Franz Ferdinand. No había escuchado a ninguno de los tres grupos porque cualquiera sigue la actualidad musical. Yo, desde que aparecieron los Strokes, los Libertines y los Babyshambles me hice mayor de repente y decidí mirar hacia otro lado. Eso sí, disfruté bastante del documental "Joe Strummer" dirigido por Julien Temple porque lo que nos cuenta es tan humano, que va más allá de si eres o no fan de The Clash. (Ya, da rabia elogiar una peli diciendo que "es muy humana", casi tanto como decir que "tiene una buena fotografía", pero no se me ocurre nada mejor). Como mucho le sobran un par de hogueras y los ridículos testimonios de Johnny Depp con su aspecto de vidente-pirata, y Bono sentado en la playa. Cielos, ¿existe alguien más desagradable?
Dicho esto, siempre tuve la impresión de que el punk es un género zombie, porque revive una y otra vez aunque siempre se le dé por muerto. Vale... esto lo digo desde mi desconocimiento. Algunos ya saben qué susto me llevé viendo "The Filth and The Fury". Solo entonces descubrí que Sid Vicious NO era un personaje creado por Johnny Rotten -como hizo Bowie con Ziggy Stardust- sino dos seres bien distintos. En fin, es lo que tiene ser una niña bastante bien. Mi colcha, después de todo, estaba forrada de hortensias azules y el suelo, era una moqueta de color cielo a la que tardó en llegar el ruido. O sonaba Danza Invisible o Sting cantaba a los desaparecidos... Pero ni rastro de imperdibles. Curioso ¿no?