El siglo XX debe mucho a Albert Maysles. Junto a su hermano nos mostró a Truman Capote definiendo las reglas de un nuevo género en el asiento trasero de un coche, a un Mick Jagger atónito frente la muerte de uno de sus fans y al Dalai Lama meditando en una habitación de hotel; pero también reflejó el día a día de gente anónima y lo hizo con una libertad inusitada. Hoy, su hermano ya no está junto a él pero el estilo Maysles sigue fresco y vigente. A punto de cumplir 50 años en la profesión, acaba de presentar “The Gates”, y mientras el British Film Institute le dedica una retrospectiva, Hollywood ya prepara una versión de “Grey Gardens”, una de sus obras más impactantes. Se extraña, sin embargo, que tan poca gente siga sus pasos. Pero ¿quién es este hombre?
Los hermanos Maysles ya forman parte de la historia del cine y no porque retratasen indistintamente a Marlon Brando, Muhammad Ali o Yoko Ono. Se les conoce por ser uno de los pioneros del “Direct Cinema”, movimiento que surgió en los años 60 con la comercialización de cámaras portátiles y equipos de sonido sincronizado. Entonces, la idea era rodar con el mínimo de “obstáculos”, es decir: sin actores, ni escenarios, ni scripts. Un enfoque que en su momento fue muy revolucionario porque contribuyó a redefinir el estilo de varios directores, desde Orson Welles a John Cassavettes. Sin embargo, tal y como comenta Maysles, “es llamativo que con los avances técnicos actuales haya tan poca gente dispuesta a seguir nuestros pasos. Desgraciadamente en TV se tiende a trabajar al revés: con equipos de cinco o seis personas y varios focos. Supongo que dejar que las cosas sucedan, sin intervenir demasiado en ellas, requiere una habilidad especial. De entrada, es necesario establecer una conexión con la persona que estás filmando, ganarte su confianza.” Esa conexión a la que alude no implica desnudarse ante la cámara, sino ignorarla, actuar como si no estuviera. Con este punto de partida, Albert y su hermano David rodaron “Salesman” (1968), uno de los tres títulos con el que darían un nuevo rumbo al cine documental. En este caso, seguimos puerta a puerta a cuatro vendedores de biblias en su desesperado intento por convencer a la gente de que compre el “mayor best-seller de la historia”. Entre casa y casa, llama nuestra atención Paul Brennan, un vendedor desubicado que trata de hacer frente a su vacío en un sistema del que es a la vez víctima y perpetrador. Y es que pese a estar rodado en un tono austero, “Salesman” capta momentos llenos de esperanza pero también de auténtica desolación. Además, como explica Maysles, “justo antes de rodar “Salesman”, hicimos “With love from Truman”, donde Capote sentaba las bases de su último experimento literario. Me refiero a “A sangre fría”, libro que narra un hecho real en técnica novelesca. Es lo que hoy se conoce como “novela de no-ficción”. Entonces a mi hermano y a mí se nos ocurrió hacer algo similar. En este sentido creo que con “Salesman” nos desmarcamos del “direct cinema” y dimos un paso más. Sí, conseguimos algo mucho más profundo.”
A “Salesman” le precedió “Gimme Shelter” (1970), documental que sigue de cerca a los Rolling Stones en su gira por Estados Unidos. “Gimme Shelter” es fascinante por varios motivos. De entrada constituye el epílogo perfecto a “What’s happening? The Beatles in USA” (1964), donde presenciamos la eufórica bienvenida que dan los jóvenes americanos al cuarteto de Liverpool. Gritos, coros, pancartas, empujones, carreras por la terminal del aeropuerto, despliegue policial… Nos dice más de los Beatles la reacción de sus fans que sus propias declaraciones. En “Gimme Shelter” sin embargo, el punto de partida es distinto. Lo que empieza siendo un documental sobre los Rolling Stones desde el escenario y tras él, acaba convirtiéndose en un drama cuando unos de las asistentes al concierto es asesinado a puñaladas por un miembro de los Ángeles del infierno. Sucede en Altamont, a pocos metros del escenario y una de las cámaras ha logrado captarlo. A la inocencia y agitado bullicio de los primeros días, se contraponen un público desmelenado y aturdido por las drogas y un Jagger confuso que pregunta a la masa “quién se está peleando y por qué”.
Considerada una obra de culto, su siguiente trabajo, el lírico e inquietante “Grey Gardens” (1975) tampoco dejó a la crítica indiferente. Se centra en la enfermiza relación entre big y little Eddie -tía y sobrina respectivas de Jackie Kennedy- que vivieron varios años recluidas en una decrépita mansión de 28 habitaciones, con agujeros en las paredes, mapaches y varios gatos. Además de ser un retrato fascinante de una relación madre-hija, “Grey Gardens” supone un cambio. A diferencia de sus anteriores films, los personajes no parecen olvidarse de la cámara. Aquí se establece un juego, una seducción. “Es cierto. Ellas pertenecían a una familia aristócrata y lo que querían era bailar y cantar pero para alguien de su estirpe eso no estaba bien visto. Quizá por eso acabaron encerrándose en su propio mundo. Muchas veces nos han preguntado por qué dos personas recluidas iban a dejarse filmar. Yo creo que esta película les sirvió de puente para corregir esa distancia entre la realidad exterior y la suya propia, así que no considero que nos aprovecháramos de ellas, sino todo lo contrario.”
Hoy por hoy, Albert Maysles sigue adelante con su productora. Además de rodar anuncios, acaba de presentar “The Gates”, su sexta colaboración con los artistas Jean Claude y Christo, y prepara “In Transit”. Cuando le pregunto si en toda su carrera no ha tenido nunca la sensación de ir tras la pista equivocada o se ha sentido decepcionado, contesta: “No, nunca he tenido esa impresión porque lo importante es no ir con una idea preconcebida, estar abierto a cualquier cosa. Se ha elogiado a Shakespeare por su capacidad de distanciarse de cualquier punto de vista. Yo trato de hacer lo mismo.” No en vano sus documentales tienen algo muy shakesperiano: la ironía y el drama están siempre presentes y el componente humano tiende a predominar sobre la descripción de los hechos. Su obra, sin embargo, nos plantea siempre el mismo interrogante: ¿hasta qué punto uno puede ser objetivo sin renunciar a tener un estilo? Y es que por muy firme que sea su empeño en capturar la realidad “tal cual”, desde “Meet Marlon Brando” a su más reciente “Dalai Lama in N. York”, uno reconoce una mirada, un toque “Maysles”. “Sé a lo que te refieres, pero una cosa no quita la otra. Puedes ser objetivo y fiel a lo que estás filmando sin perder esa conexión que hace que al mismo tiempo, sea un trabajo muy personal. De hecho, muchas veces se ha dicho que el mejor arte tiene un componente autobiográfico y yo tiendo a estar de acuerdo.” –afirma. Eso explicaría que para él, “Salesman” sea la película más importante, “porque de algún modo Paul Brennan, el personaje principal, me recuerda mucho a mi padre. Mi padre tenía un gran talento para la música y sin embargo se pasó toda la vida siendo un agente de correos. Como Brennan, era un hombre con un gran potencial sólo que estaba en el lugar equivocado.” Pero, ¿existe una decisión correcta? En “Grey Gardens”, little Eddie mira a la cámara: “Y estaré diciendo esto con una visión, en alguna parte, de aquí a la eternidad: dos caminos se bifurcaban en un bosque, y yo, yo tomé el menos transitado, y eso marcó la diferencia.”
Quizá, después de todo, su respuesta esté en estos versos.
7 comentarios:
Subo el artículo para YPRH, Puaj, Elena-Mora y por supuesto la mi hermana. Uy... da palito leer algo tan largo. Lo sé, lo sé. Parece cuaderno de bitácora. Próximas actualizaciones, sólo fotos. Lo prometo.
Gracias desde Aribau y desde el Altiplano.
Coñe, no es nada largo, si es un placer leerte... Sigue así.
Muy bien ganas tengo, entran de rebuscar y ver cosas de, sobre los hermanos Maysles... Despues de leer el texto
Ole!
"Grey Gardens" es genial, y leyendote a ti dan muchas ganas de ver todo lo demás de estos hermanos.
Tu tienes todo?, pásame "Salesman", que tiene muy buena pinta.
Por cierto no dices nada de la colección de Marc Jacobs ni de Drew Barrymore (para esconder que eres una moderna). Muy bien el artículo, página completa, queremos más.
Ja. ja. Buenas Gelen. No digo nada porque eso quiero sacarlo en Woman. Yo escribiendo un artículo sobre Marc Jacobs y Prada. No te lo pierdas! ¿Te pasas por aquí hoy?
Una visitica... hombre. Y actualiza!
El parrafo final es precioso, lo copio y lo pego que me encanta:
En “Grey Gardens”, little Eddie mira a la cámara: “Y estaré diciendo esto con una visión, en alguna parte, de aquí a la eternidad: dos caminos se bifurcaban en un bosque, y yo, yo tomé el menos transitado, y eso marcó la diferencia.”
Quizá, después de todo, su respuesta esté en estos versos.
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