martes, 25 de diciembre de 2012

2012: investigando otras maneras de estar

2012 debe ser el año en el que menos he actualizado y eso que lo empecé a lo grande, con la carta que Adriano le escribe a Marco Aurelio tras la visita del médico. Animula Vagula Blandula. Su cuerpo está cansado.

Entre los momentos que quisiera recordar está la cena que hice con mi hermana, las Sants, Baldó y Pandémica en la Plaza del Surtidor, poniéndonos al día con titulares; la salida en grupo a ver una afortunada adaptación del Maestro y Margarita de Bulgákov; los paseos por Astoria, Little Odessa, Harlem... con mi amiga Lila; la clase de Zizek a la que me coló Pandémica al visitarla en Londres o todas las manifestaciones a las que fui sola y acompañada, anhelando que fueran más concurridas, diferentes. En Dinamarca, Clara me llevó a Louisiana, donde las paredes no son siempre lisas, ni los vasos. Hicimos Malmö en bicicleta y dejamos nuestra huella en un parque. Un domingo me planté en la Filmoteca a ver Las amargas lágrimas de Petra Von Kant con una bolsa de Doritos en las manos. Me quedo con la mirada divertida y algo exagerada de los Hidrogenesse, clavada en mis uñas naranjas. "Andrea, ¡te vamos a denunciar!" Fassbinder + Doritos= atentado estético. Lo admito...

He descubierto que Txomin y Luca ganan con la edad. Me encanta compartir con ellos bares decadentes. El último es un tugurio bautizado Poxo que se ilumina con esa luz que se usa para detectar billetes falsos... Hace esquina y pese a no rebasar los 50 metros cuadrados, tiene máquina tragaperras. Promete grandes conversaciones.

Siento que el mal venció por doquier. No me quejo porque en la debalce, yo aún pude salvar algunos muebles y he mejorado mis albóndigas. Las compartí con Ainhoa y Natalia el otro día.También es cierto que llegué al cuarto borrador con la impresión de haber entendido algo importante. ¡Gracias Ana! Mi hermana menciona un salto con pértiga aunque yo creo que es algo relacionado con mi pulso. Trataré de no pensar demasiado en ello y seguiré escribiendo. Ante la duda, miro el limonero de Pandémica, que sigue en pie. Crece, lentamente, pero crece y yo valoro su esfuerzo. Me hace pensar en Grecia. También tengo una tortuga que me sirve para apoyar palillos o un bolígrafo y me recuerda que hay sitios curiosos. "Luis, yo quiero tu verano. O mejor aún, vuélvemelo a contar". Por cierto, Sabrina es tía: ¡en algo hay justicia!

Por supuesto, no faltaron sonoras broncas sobre la independencia de Cataluña, aunque la Diada me pilló fuera. No sé que pensar al respecto de este lugar y eso que en breve sacaremos un proyecto que tiene algo que ver con toda esta incomodidad. Para salir del paso, unos cuantos hemos instaurado cenas con "desconocidos". Hasta ahora han aceptado Borja Casani, Albert Serra y Kazushi, un astrónomo del que aprendimos que ciertas galaxias pueden tardar siglos en chocar y encima hacerlo en espiral... Me indigna que siendo tan curioso la razón por la que viva en Barcelona sea el fútbol.

Bruno Munari. Ricerca della comodità in una poltrona scomoda.

2012 también fue el año de Aki Kaurismäki (me tragué el 85% de su filmografía). Retomé la natación y me atreví a ir sola en coche. Escribí a máquina usando sobres, papeles de envolver y folios... Enmarqué unos buenos ojos. Sobre un sofá incómodo, colgué un poster de una butaca incómoda. Para mí es el resumen de este año. ¡No hay que rendirse! Como nota final me quedo con una frase que cayó accidentalmente sobre la mesa del comedor. Me la leyó primero Alex y luego Clara, con acentos muy distintos. Dice así: En los sueños empiezan las responsabilidades. Es el título de un libro pero también un verso. Mañana la lista de lecturas.

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