miércoles, 2 de febrero de 2011

El sueldo extra de Coehlo


Rebobinemos: Los libreros tienen fama de ser bordes y algo maniáticos, follar poco y no mirar a la cara cuando hablan a sus clientes, a los que encima contestan en voz baja. En mi ciudad hay uno que viste con pajarita. Otro bebe a escondidas. Los hay que se alimentan de barritas energéticas y escuchan música antigua y, por supuesto, no falta el que señala sin mover el culo de su silla y el que te encasqueta el libro que le da más rabia con-palmadita-incluida. Yo, que no me considero librera, tengo mis ramalazos. Digamos que voy a días y según el físico –aunque lo de la pajarita nunca lo he probado y antes de encasquetar libros prefiero saldarlos... Por ahorrar saliva. Digo esto porque una vez me planté en una comida ajena al gremio –como suele ser- en calidad de “amiga” de-, hasta que alguien me preguntó:
Señora:  ¿Y tú qué haces?                                                                                                                Tangente: ¿Yo? Vendo libros.                                                                                                                     Señora: Alguien lo tenía que hacer.
Es una respuesta ambigua, de ésas que no sabes cómo encajar, como cuando alguien te dice: Estás mejor desnuda que vestida. Y piensas: Entonces ¿visto mal? Cuando lo que intentan decirte es que tu cuerpo está hasta bien. Da igual.
Esto de "alguien lo tenía que hacer" me hace pensar que existe un pobre diablo/la que de verdad se dedica a una profesión tan insólita como ingrata... Me refiero al que escribe las frasecitas esloganofilosóficas que salen en las carteles de las pelis. La cuestión es que cuanto más lustra la peli con sus ocurrencias, más mierdosa tiene pinta de ser, aunque imagino que se cometen injusticias, porque la injusticia es tan persistente...
Veamos:
Ayer en el metro: A veces la persona que menos esperas, se convierte en la persona que más necesitas. (Amor y Otras drogas)
Antes de ayer, en la parada 27 del bus: Hace falta una leyenda, para convertir a una estrella. (Burlesque)
No hace tanto, en el video instant: La belleza está en los ojos de quien la mira. (Elegy)

A veces pienso que todos estos tipos son en realidad uno solo: Paulo Coehlo. Es él y lo hace por dinero. Sólo él, que lleva perilla entrado el siglo XXI, puede escribir semejante porquería y hacerlo a fondo, hacerlo bien. Ya, es fácil meterse con Coehlo pero es que, a veces, cansa complicarse la vida y, sinceramente, yo visto lo mejor que puedo!

2 comentarios:

Leandro dijo...

Quizá deberías ser tú la que escriba los libros y Paulo Coehlo el que los vendiese, me parece

J. G. dijo...

en toda regla el derechazo, y siento decir mi verdad, coelho no es buen escritor, o coehlo, no sé ni escribirlo

saludos