sábado, 3 de julio de 2010

Viktor Shklovski: Shock.

A veces Pandémica, a quien conozco desde hace relativamente poco, me manda mails que son cuestionarios y yo los contesto encantada porque sus preguntas son un cruce entre Sophie Calle y Barrio Sésamo que encima enumera con letras.
El otro día esta misma Pandémica escribió un post que me dejó helada, además de resultarme conveniente y super puntual. Es increíblemente bonito porque apunta hacia tantos sitios... A lugares hacia los que también me he girado hasta el punto de hacerme creer que yo misma soy la parte torpe de Viktor Shklovski o el final de su ceja o un bajo de su pantalón. ¡No sé que soy suyo pero fijo que soy algo y escribo "DIOS MIO DIOS MIO DIOS MIO" como si estuviera loca! Pasado el susto, me hizo pensar en una tontería que nunca he expresado verbalmente y que está en el origen de este blog. A veces pienso que el día en que se invente un Delorean, la literatura dejará de existir porque escribir es lo más parecido que tenemos a viajar en el tiempo. Pienso que los buenos escritores -ynosoloproustquelointentódeveras- escriben para volver a algo o para proyectarlo, escriben porque existe una distancia (¡écart!) entre una sensación y lo que nos queda de ella, o porque todavía hay intervalos.

Y también pienso que sí, que es cierto... Pandémica nos cuesta ser ligeras. A mí sobre todo... así que llévame ese bar de camareras brutas del que me has hablado a brindar por sir Viktor, ese rusito que queriendo decirle a su Alia "te quiero" le escribió "cocodrilo" y se quedó tan ancho. Ja ja. Soy súper fan.

Más aquí: pandemicaiceleste

6 comentarios:

pandémica dijo...

Cómo me alegro de que Shklovski y su écart te gusten.
El post apuntaba para sitios que hoy –día de resaca- me cuesta recordar, pero hay uno clarísimo: la recherche de la lucidez. Esta es la parte que hay en porlatangente del señor S, además de tener un tono muy parecido en la escritura. Y lo digo con ese mi tono profundo de Barrio Sésamo (me ha encantado!) que me sale últimamente.

Esta semana pasan Canino en el Méliès. Luego podemos ir a comer carne bruta a LGM, vila de Gràcia. ¡A las doce a lo mejor nos crecen los colmillos!

Por la tangente dijo...

¡Bieeen! Cine y brutismo. Me mola que escribas LGM en vez del nombre completo. Y ya casi acabé el libro.

Anónimo dijo...

Hay alguien por la tangente?

Este viejo amordazante se hincha en overtura de timbales. Hay algo que no comparto sobre un post que tiene por ahí pandémica acerca del marqués de sade, el dolor físico, los nazis, los homosexuales y los judios. Perdonen que conteste aquí pero no habilita los anónimos y mi blog no es compatible. Se trata de la idea de los homosexuales y los judíos en la ley contra el vicio.
Los judios, hay que reconocerlo, son insaciables, debemos reconocerlo. Los nazis eran peores y cometiron una masacre que ahora queda en entredicho por el compartamiento de los masacrados. Incluso uno llega a pensar si el mundo no estará en manos de los banqueros judios. Recordemos que antes de la segunda guerra había una crisis parecida a la actual y que los banqueros alemanes también eran mayoritariamente judios. Los nazis sólo utilizaron el enojo de la gente, de la falta de trabajo.
El lobby judio en los usa debe tener también algo que ver con los bancos, no creen? Quizá deberíamos seguir compadeciéndonos de los pobres judios, pero poder tienen y mucho, Y como les gusta!!!

por la tangente dijo...

A mí no me gusta compadecerme de los judíos pero ni de coña voy a responsabilizarles de la actual crisis económica. Antes señalaría a Ronald Reagan y Margaret Tatcher que fueron los que abrieron la veda al chachondeo financiero y de judíos lo eran más bien poco. Además, para abusos los de la iglesia católica... aunque no me gusta discutir temas de esta complejidad a golpe de posts y con desconocidos, ni tampoco hablar de colectivos, porque hay de todo en todas partes.

pandémica dijo...

Hay alguien, anónimo.

Tampoco yo voy a defender a los judíos. De hecho, dudo en muchas ocasiones de voces como las de Steiner o Kértesz al son de la verdad europea.
Ahora bien: el libro de Roudinesco, aunque no es muy concreto y se lee a veces como un cuento, habla de casos de perversión SEXUAL y de cómo la multiplicidad de relaciones intrínsecas al poder acaba generando esos casos.
Evidentemente que sexo y dinero van unidos, que todo es política en la vida y que las generalizaciones son tremendas.
Pero en ningún caso puedo relacionar la banca judía de ayer y de hoy con la perversión a los cuerpos de siempre. A eso se le llama tomar la parte por el todo: el estudio está en apuntar hacia muchos lados y no en reducir la historia a términos de si compasión sí o no.

Ya he habilitado los anónimos en mi blog. Encantada de continuar la disputa allí y dejar libre a este post de brindis tan bonito.

Leandro dijo...

Mi reino por una libra de carne. Sin una gota de sangre, por supuesto