jueves, 25 de marzo de 2010

En la calle Krivoarbat.



Lo explican en un documental: Para Konstantín Melnikov aquella casa tenía que resolver todos los problemas de su tiempo. Tenía que ser la casa ideal. Por eso la hizo circular (símbolo de la perfección) y la llenó de ventanas. Proyectó todo un sistema de ventilación y un juego de puertas con el que se anticipó al mismísimo Duchamp. Pero cuando Stalin prohibió la Arquitectura Moderna en la Unión Soviética, le condenó a vivir en ella bajo arresto domiciliario, y no volvió a construir nunca más. Entonces, se dedicó a pintar retratos.

Y digo: Me gustaría muchísimo verla, porque debe ser raro verse obligado a vivir en una casa utópica que encima tú mismo has pensado.
Es una de esas historias que en cuanto se descubren, una se pregunta cómo es que, en todo este tiempo, NADIE se la ha venido a contar. Para mí es importante.

4 comentarios:

Leandro dijo...

Es el embrión de una muy buena historia, de un relato con posibilidades extraordinarias. Y tú tienes los conocimientos y el talento necesario para sacarle punta. Escríbelo. Como mínimo, tienes asegurado un lector

Maestro Tortuga dijo...

Hace poco he leído que unas disfrutan de la propia sensación de desear algo y, por eso, les da un poco igual cómo sea ese algo. Mientras que otros se ceen que su objeto de deseo es realmente lo que desean, y cuando lo consiguen, se decepcionan inevitablemente, y comienzan otra vez la búsqueda.
Vivir atrapado en tu utopía por obligación es como que el documental que has visto te lo hubieran impuesto en el colegio, en vez de haber descubierto la historia por tu cuenta, que te ha deslumbrado más.
En fin, que sí que tiene miga toda esta historia de una historia de deseos y utopías, deseadas, realizadas, obligadas...

Por la tangente dijo...

Leandro, ¡mentiría si te dijese que no le he pensado! A ver si me animo.
Tortuga: pues yo soy de las segundas pero con escepticismo...Si me hubiesen explicado esto en el cole, ni me habría enterado porque era de un pasota... Hasta los 15 años solo me interesaba cantar el "I just call" de Stevie Wonder, Marty McFly y los batidos de chocolate.

yprh dijo...

Jor, jor! Eso debían hacerle a algunos arquitectos, ¡obligarles a vivir en el espacio que han diseñado!
Esa casa tiene una pinta fabulosa.
Una vez estuve en un piso más o menos circular (bueno eran dos unidos) en la Rambla de Cataluña, y aunque nada tan estiloso como lo de la foto, era una genialidad la luz natural. Y un poco tabarra llegar al otro extremo de la casa cruzando todas las habitaciones. Era la casa de una psicoanalista rica.