A veces el mundo, tal y como lo conozco, no me basta. Entonces me da por ensancharlo inventándome géneros cinematográficos. Hace tiempo me dio por el cine de "Cabellos Lacios" que a mi juicio es la peor vertiente del cine de terror. Desde hoy, una nueva etiqueta: "Maquillaje Corrido". No es porno. Es mucho peor. Es cine 100% decadente. Un género en el que gente, antaño adinerada, tararea canciones desafinadas, usa el albornoz como bata de estar por casa, come en la cama y fuma hasta quemarse los dedos, porque vive entre ruinas, tan atrapada en sí misma que se acaba consumiendo.
Sus exponentes son, entre otros, El Desencanto, todo Visconti, Arrebato, las pelis de vampiros y sobre todo Grey Gardens y El Encargo del Cazador, el genial documental de Joaquim Jordà. Yo sostengo que lo que dice Daria -la protagonista- debió estar escrito, que la gente no habla así y menos de un padre medio cineasta, medio cazador, medio poeta y medio pintor de los que acaba disparando a sus propios cuadros y hablando con un espárrago congelado. Es, sencillamente, fascinante.
7 comentarios:
Hey cabello-corto-sin-maquillaje dirás algo de Sallinger?
Izquierdazo i petó
Jesusillo ¿qué quieres que diga? ¿Que mi bolso honra a un señor que está muerto?
Ejem...
Me iría YA a Méjico. ¡Felicidadessss!!!
Querida,
A Méjico no llegarás nunca; a México, quizás.
Ah! debe ser que llevo el docu-terror incrustado bajo el cuero cabelludo desde que ví el encargo y quizás por eso este gran género me da escalofrios y se me corre el maquillaje. gracias A por darme al fin la explicación a este fenómeno!
Mexico es la capital del Surrealismo -decía Buñuel- y puedes ir por donde te de...
Yo también iría a Mechico a ver que tal...
Que sosa, has quitado el rosa!
Busco entre mi escaso bagaje cinematográfico alguna película que pueda encajar en el género Maquillaje corrido, y no se me ocurre nada. Nada que no sea porno, claro, y ya has dejado claro que el porno está excluido. Así que te diré que la siesta del sábado pasó con Regreso al futuro de fondo en el canal Sci-Fi. Se la puse a mis hijos, que de entrada me machacaron con un insolente jo, papá, que rollo, una película antigua (hay que joderse), pero al final reconocieron que les había gustado. Y mucho. Me acordé de este blog, por cierto. Qué cosas
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