lunes, 21 de septiembre de 2009

1. Zapatillas de tela y nubes espesas.

Yo doy la tabarra con muchas cosas -libros, pelis...- pero rara vez hablo de los viajes que hago. Esta vez, sin embargo, quiero escribir sobre China por todo lo que tiene de irreal. Es más, desde aquí, la veo como un gran decorado, o un "scenic spot" (que es como las oficinas de turismo chino designan todo cuanto, según ellos, merece ser fotografiado).

A decir verdad, no sé de donde viene esta sensación de irrealidad pero, en mi caso, fue inmediata. Quizá es por la sobrexposición de información –ruidos, olores, luces, colores- o porque en China todo el mundo se duerme en el momento y lugar menos esperado. Sobre un andamio, cerca de un semáforo, en el mercado… Olga –uno de nuestros contactos en Pekín-, nos explicó que cuando estudiaba, su profesora prefería verla dormirse en su cara a llegar tarde a clase. Y luego están los que salen a la calle en pijama. O esa foto de Deng Xiaoping: se le ve en la cumbre de las Montañas Amarillas con unas zapatillas de tela, de esas que en Europa se regalan en los mejores hoteles, y que son muy de estar por casa.



Cabezaditas & Pijamas por Paloma Merchan

Esto, unido a la contaminación, hace de China un país sonámbulo y extraño, que vive como envuelto en una nube espesa, de las que invitan a alucinar. No en vano, en más de una ocasión nos sorprendimos preguntándonos: Pero esto... esto ¿está sucediendo?

Es como para planteárselo, pues allí da la impresión de que todo es a lo GRANDE… La entrada a Pekín, sin ir más lejos, es como siete mil Avenidas Meridianas y media España regresando de un Barça-Madrid (por los bocinazos que se oyen aquí y allá). Pero la capital enseguida desprende su encanto entre los hutongs, las bicis, los puestecillos ambulantes, las lucecillas y unos chinos sorprendentemente dispuestos a dar la bienvenida. Me gusta que dejen sus casas con la puerta abierta.



Cocinas & Interiores

La plaza de Tiananmen es como 20 estadios de fútbol, aunque su dimensión me impresiona menos que los edificios y monumentos de corte soviético que le dan vida. En la guía dice que está prohibido pararse ante la imagen de Mao. Es como si en China siempre hubiese que avanzar hacia algún lado, y el detenerse solo fuese cosa de nosotros, los europeos. Me digo: ¡Por eso somos más proclives a la dudilla existencial, porque podemos detenernos! Es una tontería, lo sé. Pero es que compito con mis compañeros en esta clase de sarcasmos. (De hecho, os ahorro ciertas perlas para que no se nos tache de xenófobos, que es una palabra muy fea.)

El segundo día fuimos a La Ciudad Prohibida. Pienso que los chinos, en mogollón, huelen a quico. Los españoles a ensaladilla rusa... Sudamos de formas distintas. Tampoco puedo evitar soltar el "Esto es un poco Formosa", en alusión a la cadena que hay en Mariano Cubí donde de vez en cuando papá, Dani y yo nos zurramos un pato lacado. Y es cuando a estos señores les da por restaurar templos, les queda muy de restaurante chino, la verdad... Una vez allí, me siento como la fea de la fiesta, porque si los chinos solicitan hacerse fotos con mis compañeros de viaje, a mí no me dicen ni mu. Tardo unos diez días en llamar la atención de una joven y cuando lo hago es para decirme que tengo una nariz muy grande. Jo.

9 comentarios:

Leandro dijo...

Todo eso de dormirse en cualquier parte, ¿no serán efectos congénitos del opio? Muy buenas fotografías. O scenic spots, como prefieras. Sobre todo, la primera; es magnífica.

Ander, el señor de barbas dijo...

Amiga mía querida, comprendo lo que dices de irrealidad (y qué bien lo dices, como de costumbre), aunque en mi caso tengo que decir que esa sensación se me desvaneció al tercer día de vivir en China... De repente tuve la sensación de que no había para tanto (y eso que una de las primeras percepciones que tuve de Pekín, después de más de treinta horas sobrevolando Eurasia y atravesando no sé cuántos husos horarios, fue el móvil del taxista que me llevaba a mi casa, y que era nada más y nada menos que Jingle Bells... a 3 de septiembre). No sé, enseguida tuve la certeza de que en China la gente hace lo que haría en cualquier lugar del mundo, no sé si me explico. Quizás las dificultades idiomáticas aumentan esa sensación de irrealidad, puesto que al no comprender lo que dice ese montón de gente que nos parece toda igual y que hace cosas que nos parecen raras (amiga, no sabes cuántas fotos me echaban a mí), acaban formando parte de ese scenic spot... De este modo nos puede venir a la cabeza aquello (de Baroja, creo) de

En la China un mandarín
usaba en el sobaco peluquín
Y en Galicia un tal Angulo
tocaba la trompeta con el culo
Para hacer desatinos
no hay como los gallegos y los chinos.

g_ dijo...

Bienvenida a casa trasto!
Creo que te comenté alguna vez el trabajo de Roc, un amigo fotógrafo. Tiene una serie que hizo en China que se llama "El gigante dormido". Check it out: http://www.rocherms.com/album.php?id=1&idalbum=30&idioma=Esp&color=black

Y tu nariz es muy chula, con sus hectáreas de pecas y todo!

Leandro dijo...

pecas... qué bien, me gustan

Anónimo dijo...

Es una reflexión interesante, 1: se quedan dormidos en cuaquier sitio,2: no pueden parar, quedarse parado es muy Europeo. Y resumiendo? van y vienen o se están? me preocupa. Para mi tambien son seres extraños, no tanto como para tí , pero lo son.

Por la tangente dijo...

Ja ja, Ander, fue Baroja quien escribió eso o los Tip y Coll?
Leandro, gracias por los comments.

Las pecas a veces me dan suerte!

Anónimo, es paradójico, lo sé... aunque lo paradojico ya no me asombra. Para mí, ya es el estado natural de las cosas.

El de barbas, again dijo...

Bueno bueno, lo que quiero decir es que ellos son seres extraños para nosotros, y para ellos nosotros no somos más que unos atontaos. Sonará muy manido, pero todo depende de cómo se mire (o quién). Que los chinos no son extraterrestres, vamos.

La chica automática dijo...

Jajaja! Los pijamas, el olor a kiko, el dormirse (y el cantar y bailar??), los colores de rstaurante chino, la inmensidad de Beijing. Para que se hagan fotos contigo mejor vete sola, yo debo salir en 47437874 millones de fotos familiares. Me volvi xenofoba pura tambien, hasta escribi una Oda de Odio a los Chinos, pero una buena amiga me dijo que me pasaba no, lo siguiente, y retire la entrada...

GF dijo...

Ander, ten points. Yo te doy la razón. Y sobre a cita trompetera, siempre he pensado que los chinos son los gallegos de Asia y viceversa.