La chica del tiempo

Acabo de descubrir que internet no es un pozo sin fondo.
Hace algún tiempo lamenté que estando tan tan cerca, el señor Vila-Matas -al que por cierto, siempre imaginé posando de espaldas-, me pasara de largo. Lo dije en voz alta. Así. Por la cara. Porque es mi blog y pongo lo que me da la gana. Además -pensé- si es de lo que lanzan "bombas mentales" quizá reciba misivas imaginarias y acuse recibo de mi pataleta. Aunque en el fondo esa pataleta no iba tanto dirigida a él como a su sobrino… con el que, dicho sea de paso, cada vez hablo menos de literatura. (Soy rebuscada, lo sé). La cuestión es que Vila-Matas ha estrenado web y me ha hecho caso. Así que gracias. Y a ti también Elena.
Punto y seguido. Un día, Vila-Matas abordó la imposibilidad de escribir un cuento sobre-con-para Sophie Calle, anécdota ésta que me lleva a Louise Bourgoin. Louise Bourgeois no. Louise Bourgoin. No sabéis quien es. Ya.
Bourgoin es una niñata rubia y deslenguada de buena familia y unos veintipoco años, que empezó a dar el parte meteorológico en Canal Plus, pero siendo como era un espacio tan aburrido decidió saltarse un poco el guión, hasta que se le fue la olla. No lo hizo a lo Gus Van Sant, sino a lo Brigitte Bardot, pero en lista. Creo. Y es que ahora resulta que “la chica del tiempo” protagoniza noséqué peli y todo el mundo la adora, incluido Sophie Calle.
Según explica Bourgoin en una entrevista, no hace mucho recibió de ella una postal con su número de teléfono porque quería conocerla… pero la niña, siendo como es ex alumna de Bellas Artes y muy fan suya, se bloqueó. (También le sucedió a Vila-Matas con su cuento, solo que en su caso ese bloqueo dio juego a un riendasueltismo literario de aúpa.) Bourgoin, sin embargo, no hizo nada. En vez de llamar a Sophie Calle y colmarla de pronósticos, prefirió enmarcar la postal. Ahora está colgada en la cocina de un piso compartido, como si fuera una de sus piezas. Pobre Sophie… Supongo que es una de esas personas a las que a muchos “nos encantaría no conocer”. Porque hay gente que te importa un pimiento (como puede ser Michel Houellebecq), otra que no estaría NADA mal conocer (como Aki Kaurismaki) y otra a la que activamente te encantaría “NO conocer”. Es algo tan paradójico y estúpido que no sé si me explico… Pero está ahí. Sucede y es tan cierto como que Gila nunca fue joven y Zapatero tiene hombros de juguete o abandona su sastre antes de tiempo. ¿Sabéis a lo que me refiero?