miércoles, 14 de mayo de 2008

La píldora azul.


Artículo aparecido en El Culturas de La Vanguardia.

Dana Wyse nació un 9 de agosto de 1965, pero desde muy joven algo solía aguarle sus fiestas de cumpleaños, pues fue un 9 de agosto cuando USA dejó caer una bomba atómica sobre Nagasaki y Charles Manson ejecutó su conocida matanza. La tele, por supuesto, siempre rememoraba el aniversario de estas dos masacres emitiendo unas imágenes que no eran para soplar velas. Años más tarde, tras visitar a un orientador profesional, Wyse decidió desarrollar su lado más creativo. De ahí surgieron las “Píldoras de recuerdos patentados” que forman parte de una obra mucho más extensa, hoy de venta en museos. Con este gesto, el circuito artístico no tardó en etiquetarla como la creadora del “pill-art”. Lo explican en el libro “How to turn your addiction to prescription drugs into a successful art carreer”, aunque según Wyse: “Yo nunca dije que mis píldoras fuesen arte. Son medicinas, y si llaman la atención es porque dan ganas de comprarlas. Cuestan menos que un MacMenú y su envoltorio es de plástico. Brilla”. Las hay de todas clases: píldoras para hacer de soldado con acento alemán, para entender a tu madre sin necesidad de hablarse, para cometer tentativas de suicidio verosímiles… ¿Su única contraindicación? “La perfección”- indica. Teniendo en cuenta que el boom de los ansiolíticos y el viagra no llegó hasta los noventa, llama la atención el packaging de sus pastillas sea mas propio de los 50. “Es que en los anuncios de aquella época se usaba un lenguaje visual totalmente utópico. En ellos, los hombres siempre llevan los pantalones, sus esposas sonríen al refigerador y sus hijos -little John, John Senior y John John Junior- se comportan de un modo tan civilizado... Pero fíjate, parecen hipnotizados. Deben estar ocultando algo tras esos pelos tan repeinados. Son sus secretos lo que me interesa. La represión crea la metáfora.”


Además de píldoras, Wyse fabrica juguetes que reproducen el lado más violento y sexista de la sociedad desde un laboratorio donde a falta de tenedores, ¡comen con sacacorchos! Pero, por muy crudos que sean sus mensajes, el contraste entre la forma y el contenido es tan extremo que uno sólo puede reírse, actitud que tiene su riesgo. Y es que es inevitable preguntarse si su acusado sentido del humor es un modo de denunciar las cosas o un mecanismo para eludir posicionarse ante ellas, como esa niña que se resiste a aceptar que nació en un día horrible para la humanidad. “Esto es lo que la gente no entiende de mí. Yo no soy cínica. Considera la píldora que “Garantiza la heterosexualidad de tus hijos”. Suena gracioso pero cuando lees los periódicos siempre se refieren a alguna investigación genética para descifrar el código gay y frenar su desarrollo, y qué crees que dicen en el pueblo donde nací:“Ei tío, esto es genial. Lo hablaré con Marnie, mi esposa preñada”. Mi trabajo es un espejo de nuestra sociedad y es ese espejo lo que te hacer reír. Además, cuando se trata de expresar la verdad, no creo que se vaya nunca demasiado lejos.”- añade.
En la película Matrix, Morpheo dice: Si tomas la píldora azul, la historia acaba, te despiertas y crees en todo lo que quieres creer. Si tomas la píldora roja te quedas en el mundo de las maravillas, y te enseñaré cuan profundo es el hoyo… Pero recuerda, lo único que te estoy ofreciendo es la verdad, nada más. “Es un texto maravilloso, aunque mi razonamiento es algo distinto. El otro día, por ejemplo, estaba frente a la Opera de París y pensé: ¡el hombre hizo todo esto! Luego me giré hacia la tienda Benetton que hay justo en frente y dije: Y el hombre también ha hecho esto. Me di cuenta que todo a mi alrededor (los coches, mis zapatos…) venía de la imaginación de los hombres. ¿Y qué es la imaginación sino el sitio donde figuran los sueños? Así, ¿que ves? Estoy llena de esperanzas y no, no me considero una esclava.” Junto a su producción de píldoras y juguetes, otra de sus piezas más relevantes es “Recipe for Life” , una recopilación de más de mil “how-to-books”. Con esta biblioteca o catálogo de instrucciones que igual nos remite a Marcel Duchamp, Sophie Calle (Double-Jeux) como Hans Ulbrist Olrich (“Do it”), Wyse ya no nos habla de nuestra obsesión por alcanzar la felicidad, sino de esa otra necesidad, tan humana, de hallar respuestas a todo.¿Cómo ser religioso sin ser cristiano? ¿Hay vida después de la muerte? “Son preguntas que siempre estarán ahí. Lo que me recuerda: el otro día pensé en lo que significan las palabras “alien” y “astronauta”, y me siento muy especial estos días, porque… ¡todos podemos ser astronautas!” En 1977, la Nasa encargó a Carl Sagan elaborar un cápsula del tiempo con la esencia de nuestra civilización. Ciento dieciocho fotografías, noventa minutos con la mejor música del mundo y saludos en sesenta idiomas despegaron el 20 de agosto en el Voyager. Me pregunto si de esperar unos años, no hubiera sido acertado incluir la obra de Dana Wyse. Quizá sus medicinas y colección de libros de autoayuda definan una buena parte de nuestra cultura, con sus excesos y estupideces pero también su ambición, esa que nos lleva a querer conquistar la luna. Por cierto, en la posdata de uno de sus mails, Wyse me decía: “No tomes la píldora azul”.

5 comentarios:

g_ dijo...

Congratulations once again señorita Tangenta, con su artículo nos ha conquistado.

te he hecho un cd dijo...

pues si mola, el article.
el jueves nos vemos si vols

Anónimo dijo...

Molt be maca. Me ha hecho pensar en mi amiga S. que ha hecho 2 filologías y todo lo que tiene en su biblioteca particular son libros de autoayuda. Es un gran misterio para mi.

Christine Sixteen dijo...

Muy buen artículo. Gracias por descubrirme a Dana Wyse y sus píldoras.

Anónimo dijo...

Yeah!
no tomes pildoras...
toma caramelos!