domingo, 29 de julio de 2007

Moby Dick



Extracto del diario que A. Valdés está escribiendo a su sobrinillo L. Alford-Valdés, sobre bigotes, Bauhaus, montañas rusas y ballenas.

“Ahora no dejas de decir “agua”. No sé si es que siempre estás sediento o es que la ves por todas partes. En esta ciudad es tan fácil...Cuando no está nublado, llueve.
El sol ha salido en Holborn pero yo venía de Old Street. Me he metido en la Victoria Miro Gallery a ver una expo de Francesca Woodman. Sus fotos tienen algo muy espectral. Espectral viene de espectro. Los espectros son presencias sobrenaturales, como los fantasmas. Como Casper. Y eso me gusta. Luego he seguido caminando un rato y sin buscarlo, he acabado en la Whitecube. Justo antes de llegar, me he topado con otro espectro. Esta vez lo he reconocido. Era nada más y nada menos que... ¡Nick Drake! Estaba apoyado a una pared, como siempre. No sé si Nick Drake tenía tanta sed como tú pero una vez escribió una canción muy bonita que se llama “River Man”. Le he hecho una foto.
En la Whitecube he visto otra expo. No sabía quién era Damián Ortega pero me ha gustado bastante. En una de sus instalaciones usa un Volskwagen que desmonta pieza a pieza. Es bonito ver toda la estructura colgando del techo, con varios hilos, como si fuese un fósil de dinosaurio o algo similar. El coche en cuestión se llama Moby Dick porque es blanco y su tripa está llena de piezas que recuerdan a los huesos de una ballena. Parece ser que en algún momento, como parte de una acción, este señor quiso capturarlo (como el capitán Ahab quiso capturar a su ballena), así que lo rodeó con cuerdas y más cuerdas, pero el coche logró escapar. No importa. Es un gesto bastante épico, que en sí ya significa muchas cosas, como el que haces tú cuando te levantas y caminas sin agarrarte a nada. Hay que ver la cara de vértigo que pones...Mirándote he pensando en escribir un cuento sobre un adulto que pese a tener 30 años sigue agarrándose a todas partes y claro, no ha encontrado su punto de equilibrio, y todo porque tiene miedo. Pero es un miedo tan tonto, como el que te entra cuando tienes que tirarte de cabeza desde un trampolín. No hay que pensárselo demasiado si no, no hay manera. Esto me recuerda a una frase de un libro: Cielos, ¿te ha pasado alguna vez... Tener que bajarte de un tobogán por el lado de la escalera...?
Siempre me ha gustado esa frase. Es de Baricco. Y sí, me ha pasado un trillón de veces.
De vuelta a casa P. nos ha dicho que te has hecho un chichón.Buen chico."

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Miedo tonto tirarse de cabeza desde un trampolin?
Un poco complejita la información para niño que está con el mama papa arriba abajo y un dos tres... Pero ya llegará... Escribe,escribe

Anónimo dijo...

Larga vida al rey (sol).

Anónimo dijo...

Yo baje por las escaleras de un tobogán muy alto en el Aqualand por miedo a tirarme y no era de cabeza, pasé mucha vergüenza y tenía que empujar a la gente para que me hiciese sitio al bajar. Así que no hay que ir a sitios peligrosos L.

Anónimo dijo...

L. Alford-Valdés es mu guapo! Que mono.