lunes, 19 de marzo de 2012

Lo que Marina cree que le debe a Pushkin (versión bien traducida)

Comienza como un capítulo del libro favorito de todas nuestras abuelas y madres: Jane Eyre, “El misterio de la habitación roja”. En la habitación roja había un armario misterioso. Pero antes del armario misterioso había otra cosa: un cuadro en la recámara de mi madre -“El Duelo”.
La nieve, las varas negras de los arbustos, dos personas negras que arrastran a una tercera -de las axilas -hacia un trineo-, y otro, uno más, de espaldas, que se va. Al que llevan es Pushkin, el que se va- D'Anthés. D'Anthés retó a duelo a Pushkin, es decir, lo sedujo para que fuera a la nieve y allí, entre los arbustos negros y desnudos, lo mató.
Lo primero que supe de Pushkin fue -que lo habían matado. Después supe que Pushkin era poeta, y D'Anthés -francés. D'Anthés odiaba a Pushkin porque él no podía escribir versos y entonces lo retó a duelo, es decir, lo atrajo hasta la nieve y allí lo mató con disparo en el estómago. Así , a los tres años, supe con firmeza que el poeta tiene estómago -recuerdo ahora a todos los poetas con los que me he encontrado, y de ese estómago de poeta que con tanta frecuencia no está satisfecho y en el que hirieron de muerte a Pushkin, me he preocupado tanto como de su alma. Con el duelo de Pushkin en mí nació la hermana. Diré aún más -en la palabra “estómago” hay para mí algo de sagrado - incluso el sencillo “me duele el estómago” me anega con una ola temblorosa de compasión que excluye cualquier humor. Con ese disparo nos hirieron a todos en el estómago.

Mi Pushkin. MARINA TSVIETAIEVA.
Traducción de Selma Ancira para Acantilado.