domingo, 11 de febrero de 2007

Sobre Tattoos, la letra e y el vacío.


Los tatuajes y el hipertexto son dos conceptos que me dan mucha muchísima pereza, casi tanto como las camisetas inteligentes (de ésas que tienen inscrito Cocaine en vez de Coca-Cola); o los asfaltos de carne, con tetas y pitos al canto, que se curra el pesado de Spencer Tunnick. Con todo, me ha llamado la atención el trabajo rayburesco-farenheniano-red-hot-chili-pipero de una tal Shelley Jackson. Su proyecto consiste en una historia tatuada. A cada participante se le asigna una palabra, de modo que cada cuerpo es depositario y vehículo del fragmento de una historia que en total contiene 2095 caracteres. La idea es que ese cuento vaya creciendo, viajando pero también degradándose, borrándose y por supuesto muriendo… Nunca ha sido publicado antes y de no reunir los voluntarios necesarios, quedará incompleto. Hay que decir que la tipo de los tatuajes no me disgusta pero tengo mis dudas del valor literario que puedan tener. Como me pasa cuando a Perec le da por escribir una novela sin la letra e. No dudo de que se necesita mucha paciencia y habilidad para hacer algo así, pero siempre miro con recelo este tipo de iniciativas. No puedo tomármelas en serio. En Marsella me llevaron a ver a Luc Ferrari, un músico expermiental bste respetado que nos presentaba sus micro-composiciones de tres segundos. Tendríais que verle aporreando el teclado del piano. Luego nos enchufó una cinta en la que había grabado varios sonidos, entre ellos el viento de Phoenix. Yo no daba crédito... Y es que los experimentos sónicos me desconciertan aún más que los meta-literarios. Encima, hay algunos que los llaman experiencias en vez de experimentos, porque así la cosa queda más personal, más implicada.... Agggg, qué cara! Aunque sé que no puedo meter a todo el mundo en el mismo saco porque luego está Gordon Matta-Clark, que fríe fotos y parte edificios por la mitad, o Yves Klein que se lanza a conquistar el vacío y publica catálogos imposibles, de exposiciones que nunca tuvieron lugar, y claro... me parece genial. A saber cuál es mi criterio... si es que tengo alguno.

http://www.ineradicablestain.com/

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenoo va! no hace falta que vayas a Arco... Y a fatima?

Ferran Esteve dijo...

No sé dónde leí que el fracaso del arte contemporáneo es que el valor reside cada vez más en "cómo" se ha hecho la obra y no en la obra en sí

Por la tangente dijo...

Muy bonito!!! Nos vemos el viernes???